Gracias por abrirme la puerta de tu correo!
Prometo no llegar sin avisar (y si lo hago, llevo café… o al menos galletas virtuales 🍪). No esperés correos fríos, ni promesas vacías. Solo te enviaré historias reales, soluciones posibles y una que otra confesión maternal desde mi sillón, medio despeinada y hasta con ojeras.